Cómo Mayores Niveles de Inflamación Conducen a una Mayor Ansiedad
La ansiedad está significativamente influenciada por las acciones del sistema inmune, y viceversa. Es un círculo vicioso; la ansiedad y el estrés activan la inflamación y la inflamación provoca más ansiedad y estrés.
La inflamación es la respuesta inicial de las células inmunes a una lesión o infección. El sistema inmune está formado por anticuerpos (proteínas grandes producidas por células B que se dirigen contra organismos infecciosos específicos), glóbulos blancos y los factores inmunes que producen.
Una categoría de factores son las citoquinas – mensajes bioactivos que aumentan o disminuyen la inflamación. Estas moléculas reclutan otras células inmunes en un área para iniciar el proceso de recuperación o ayudar a las células a reconocer y destruir a los patógenos.
Existe una importante “conversación cruzada” entre nuestro sistema inmunitario, nervioso e intestinal, liderada principalmente por las citoquinas. Estos potentes elementos tienen una gran influencia en el sistema nervioso y el intestino, los cuales a su vez modulan la producción de citoquinas.
El cuerpo trabaja continuamente para mantener el delicado equilibrio de citoquinas inflamatorias y antiinflamatorias. Este necesita alcanzar la homeostasis inmune (equilibrio) para mantenerse saludable física y emocionalmente.
Las citoquinas inflamatorias afectan partes del cerebro (p.ej., la amígdala y la ínsula) que están involucradas en la ansiedad, el miedo y la detección de amenazas. Estas regiones del cerebro son especialmente sensibles a los desequilibrios en las citoquinas y, cuando se activan, conducen a niveles más altos de inflamación y a la producción de síntomas asociados a la inflamación, como ansiedad, depresión, fatiga y falta de concentración.
Las personas que padecen de ansiedad a menudo tienen dificultades para dormir. Se despiertan constantemente y duermen por períodos cortos de tiempo, como siestas. Dicha privación de sueño da como resultado niveles más altos de citoquinas inflamatorias que circulan por todo el cuerpo, lo que lleva a una ansiedad aún mayor que conduce a una mayor inflamación.
Las células inmunes que producen estas citoquinas pueden acumularse en el tejido adiposo y aumentar los problemas de peso en personas con ansiedad. Otras células inflamatorias activadas pueden terminar en el cerebro y contribuir a problemas de ansiedad.
Niveles elevados del biomarcador inflamatorio PCR son reportados en personas con ansiedad.
Estudios clínicos sugieren que la disminución de la obesidad (que causa inflamación), el ejercicio, la modificación de la dieta y la incorporación de actividades como el taichí, la meditación, el yoga y/o los masajes reducen directa o indirectamente la inflamación y, por lo tanto, reducen la ansiedad y aumentan la salud emocional.
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